Hay una frase atribuida a Paulo Coelho que defiende que la vida es aquello que está hecho de pequeños placeres. Y no le puede sobrar más razón.

El concierto de Keane en el festival Starlite Occident, que se celebra en Marbella desde el año 2012, ha sido el primero que he cubierto en esta ubicación de los conciertos patrios, y se podría resumir en la siguiente cita: «ha sido un placer». El festival encabezado por Sandra García-Sanjuán, fundadora del mismo en el año 2012, es un evento donde se cuida hasta el más mínimo detalle. En lo que a la prensa nos atañe, el trato es exquisito (para mí, donde mejor he sido tratado). Pero pasemos a hablar de la noche.

El festival está ideado para pasar un buen rato antes, durante y después del concierto. Cuando uno entra al recinto, se encuentra con una zona previa al escenario y graderío, en el que hay un DJ SET con pantalla led y zona gastro, y numerosos puestos de marcas. Todo cuidado hasta el más último detalle y con una imagen y elegancia envidiables. Además, en esta ocasión, el concierto de Keane coincidía con la semifinal de la Eurocopa entre España y Francia, por lo que en la previa se habilitó la pantalla LED antes mencionada para visualizar la primera parte (la segunda fue durante el concierto). Fue un buen chute de energía para los asistentes, pues el concierto dio comienzo con la victoria (momentánea) de España tras una remontada express con los goles de Lamine Yamal y Dani Olmo. Por cierto, el gol de Lamine llegaba mientras sonaba por los altavoces ‘Viva la vida’ de Coldplay. El ambiente no podía ser mejor.

Fue entonces cuando llegaron las diez de la noche y el público dio paso al recinto ubicado en la antigua cantera de Argüeles para disfrutar de Keane. Entre paredes de piedra, árboles de colores, un letrero al más puro estilo hollywoodiense en el que ponía (y pone) «Auditorio Marbella» y un público entregado, Tom Chaplin, Tim Rice-Oxley, Richard Hughes y Jesse Quin salían al escenario marbellí.

Keane sale al escenario de Starlite Occident | Hugo Izquierdo

El concierto comenzaba con el tema ‘Can’t stop now’, que iría seguido de ‘Silenced by the Night’ y ‘Bend and break’. Con un público cada vez más entregado, y con un Tom Chaplin jugando con él al más puro estilo Freddie Mercury, poco antes de la mitad del concierto, el vocalista de la banda dijo, en inglés, lo siguiente: «Sé que todos los que habéis venido a vernos estáis esperando una canción». Y empezaron a sonar los acordes de ‘Everybody’s changing’. Decir que la gente enloqueció puede quedar fuera de contexto para describir lo que fue una noche muy elegante, pero verdaderamente la ovación fue espectacular.

Un momento parecido, aunque bastante más cómico fue cuando, mientras la banda se preparaba para comenzar un nuevo tema, el público comenzó a gritar «¡España, España!» y a celebrar la clasificación de la selección a la final de la Eurocopa. Tom Chaplin, divertido, dijo «Bueno, imagino que esto significa que España ha ganado», para añadir después «Nos vemos en la final, pero no ganaréis», que provocó las risas entre los asistentes.

La noche marbellí se iba abriendo paso entre canción y canción, hasta que llegó el momento de cantar ‘This is the last time’ y ‘Somewhere only we know», con las que el público volvió a darlo todo. Fue aquí cuando la banda hizo el amago de irse para volver entre vítores. ‘We might as well be strangers’ y ‘Sovereign Light Café’ fueron las canciones elegidas para despedirse del público. Un público al que Tom Chaplin dio las gracias y ante el que, confesó, se sintió «sorprendido» al ver como, en su primera vez en Marbella, todo el mundo cantaba al unísono sus canciones. «¡Prometemos volver a Marbella!» fue lo último que dijo antes de comenzar a cantar ‘Bedshaped’, con la que la banda cerró el concierto.

Sin duda alguna, el concierto en Starlite Occident Marbella fue una ocasión única para celebrar los 20 años de Keane.

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