El pasado viernes 25 de abril, la alicantina Martta Sanz hizo vibrar la Sala Vesta con su voz y sus letras rompedoras. Si algo quedó claro esa noche es que este solo es el comienzo de una carrera prometedora.

Como buena artista emergente, Martta sabe que el éxito no llega solo y se rodea de talentos que pronto estarán en boca de todos. Es el caso de Gala Nell, quien abrió la noche y también su corazón. Presentó varios temas —algunos incluso en exclusiva— y cerró su set con la canción que la catapultó al panorama musical: Ojitos Caramelo.

Tras una telonera de lujo y con el público completamente entregado, llegó el turno del rock. Martta Sanz, acompañada por su banda formada por Nat, Diego y Nahia, hizo temblar la sala con temas como De Resaca, Tartamudeo o su primer gran éxito, Eva.

En pleno subidón, Gala Nell regresó al escenario para presentar el tema que compusieron juntas en un día de estudio —una colaboración que, esperemos, vea pronto la luz. Spoiler: es un temazo.

Más adelante, la velada se volvió íntima. Solo Martta y su teclado bastaron para llenar la sala de emoción con canciones como Disociando y Peleona como nadie, esta última dedicada a su madre, que la escuchaba emocionada entre el público.

El concierto cerró con sus temas más enérgicos, Úsame y Solo quería ser niña, dejando a un público completamente volcado y convertido en cómplice de un show que será difícil de olvidar.

Sin duda, fue una primera fecha para el recuerdo. Ojalá todos los artistas conservaran la ilusión de los primeros conciertos, y que esa chispa acompañe a Martta durante toda su (extensa) carrera.

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