El pasado 22 de noviembre, la gaditana María Parrado conquistó la sala del Movistar Arena homenajeando a la niña que fue a través de las canciones que le han acompañado durante sus más de 10 años de carrera.

El concierto comenzó como un repaso a su trayectoria y a aquello que ha inspirado su último trabajo discográfico: ella misma.

Ya emocionada, interpretó A 500Km, dedicada a todos los que han hecho las maletas para luchar por sus sueños. Como ella, que dejó su Chiclana natal para abrirse camino en Madrid. A esta vorágine de emociones le siguieron Un Milagro y No creo en nada. 

Después llegó la primera sorpresa de la noche: Laura Muñoz, de la última edición de Operación Triunfo a la que invitar a cantar Bogotá. 

Uno de los momentos más especiales de la noche cuando nos quedamos solos María, su piano y el público. Allí interpretó No es el Momento, Para siempre y la canción por la que todo empezó: Vuelvo a Verte, con la que consiguió entrar en La Voz Kids, el gran impulso de su carrera. La emoción fue tal que el público fue quien terminó de cantar la canción.

Y es que María Parrado tiene un público fiel que la ha acompañado desde hace años. De hecho, no solo cantaban canciones de su último álbum como Hasta que el sol se apague u Otros 90, si no que todas recordábamos Abril o Qué tiene Madrid como si hubieran salido ayer. Porque María tiene la capacidad de lograr que sus canciones suenen a lo que todos sentimos en cada etapa de la vida. Todas hemos crecido con ella y sus canciones hablan de nosotras.

La siguiente sorpresa de la noche vino de la mano de Blas Cantó, que subió para cantar Casualidad junto a María, dejando claro que forman parte de una generación de artistas cargada de talento. 

En este viaje a través de su música, no podía no cantar Qué hay más allá, banda sonora de la película Vaiana para la que María puso su voz. Tampoco podía dejarse por cantar Lucía, de Joan Manuel Serrat, con la que se proclamó ganadora de la primera edición de La Voz Kids.  Sin embargo, María se había dado a conocer mucho antes: con tan solo 10 años lanzó el single Dibuja mi nombre junto a David Parejo, su amigo de la infancia con quien compartió su paso por Menuda Noche en Canal Sur. En este homenaje a su infancia, su amigo no podía faltar.

Y así, tras un recorrido que fue mucho más que un concierto, María se tomó un momento para agradecer a su público. Confesó que aquella noche había sido “especial como ninguna”, una fecha que llevaba esperando todo el año y que por fin podía vivir con la intensidad que merecía. Entre aplausos, emoción y miradas cómplices, puso el broche final con Tiempo al tiempo, una despedida perfecta que dejó la sala llena de luz.

Un concierto que se convirtió en un abrazo a la niña que fue y que, de alguna forma, volvimos a ser todas desde el público esa noche.

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